De veras no
encuentro solución aquí-pensaba Arturo- en la sala puedo observar a mis
hermanos; Lasi lima sus uñas sentada en un butacón con total despreocupación,
si pudiera ver su cerebro estoy seguro de que nada más guarda cursilería;
Héctor camina de ventana a ventana, parece seriamente preocupado, pero no es
por papá y mucho menos por Billy, son sus deudas su única preocupación y por último
este chico que inmutable mira a todos. ¡Que carácter! Mamá, en su habitación,
mirando todos los recuerdos que guarda de papá en aquel álbum de fotos. Cuán
grande es la fuerza del amor.
-
Hunter, Hunter-llamó el teniente.
-
Si, disculpe teniente-dijo saliendo de su letargo.
-
Me marcho- anunció.
-
¿Ya vio a Tom? - preguntó Arturo.
-
Si, voy para la oficina, si sucede algo me localiza.
-
Bien, hasta mañana.
Hunter fue para la
biblioteca y marcó un número de teléfono.
-
Rasi, mira cielo no puedo ir a casa, te llamaré mañana. -colgó
el auricular-Billy.
-
Si Ati- dijo el niño entrando.
-
¿Quién esta con mamá?
-
Nadie, no ha querido comer, quiere estar sola.
-
Siéntate mi ardillita-le dijo Arturo cariñosamente.
-
¿Te acuerdas? -preguntó el chico- así me llamabas.
-
Si, y tú te molestabas, ¿sabes por qué te puse ese apodo?
-
No.
-
Las ardillas tienen varias características; son
escurridizas, inteligentes y discretas: así eres tú.
-
Ati, vamos a hablar en serio, yo veo que esto es un
problema mío, no entiendo- ya salían sus doce años, su tristeza y su temor.
-
Vamos ardilla, todo saldrá bien- trató Arturo de
tranquilizarle- no debes preocuparte, yo estoy contigo.
-
Si, bien sabes que eres lo único que tengo, mamá no me
soporta, es... en fin me duele la cabeza, me voy a dormir.
De nuevo en la
soledad de aquella casona; Lasi, Héctor, Loisa, Billy, todos dormían y Arturo,
cuya cabeza pesaba cerca de una tonelada, continuaba analizando uno a uno a sus
hermanos.
“Es imposible que
mi ardilla y Lasi es una atolondrada, no piensa más que en ella, no puede
sentirse orgullosa de su padre, ni siquiera lo debe haber querido como tal,
pero es tan libre; además a la muerte de papá, mamá se pondrá con ella
imposible, no ganaría nada; papa pese a no quererla, desde pequeña o al menos
desde que vinieron a vivir con él le permitía cuanto ella quería. Héctor no
tiene mucho que reprocharle, es su retrato y no obtendría ningún beneficio con
su muerte, tengo entendido que seguirá con sus asignaciones como hasta ahora. Y
mamá fue capaz de perdonarlo todo, hasta la humillación de tantos años siendo
la amante sin apellido y sin reconocimiento. No entiendo y sin embargo alguien
tiene que ser. Esa jeringuilla.”
-
Buenos días-saludó el teniente.
-
Buenas, ¿hay algo nuevo? -contestó Arturo.
-
No mucho, ¿puedo ver a su mamá?
-
Si, adelante.
Subieron al cuarto,
la expresión de Vila era distinta, algo tramaba, al menos eso pensó Arturo.
-
Mamá ¿estas todavía acostada? -dijo Arturo tocando la puerta- ¿te
sientes mal?, el teniente quiere verte.
-
No hijo, pero ¿para que levantarme? -contestó la señora- Pero puedes
entrar y también el teniente.
-
Le ayudaré a pasarse a su sillón señora-dijo Vila.
El oficial la cargó
y después de acomodada en el sillón de ruedas, él mismo le puso las zapatillas.
-
Arturo hijo prepárame el baño y llama a Lasi, con todo
esto no he tenido ánimos para nada. Usted-dijo dirigiéndose al teniente- ¿quiere
hablarme?
-
Si, sólo dos palabras, pero si prefiere puedo esperar.
-
No, diga usted.
-
Estuve hablando con el abogado de su esposo, el señor
Mirla, por el sé que, desde el inicio de sus relaciones amorosas con el
difunto, todos los gastos corrieron por él o lo que es lo mismo que todo el
dinero que percibía usted provenía del señor Ranulfo.
-
Nada de eso, ese Mirla es un fanfarrón, fue cuando tuve a
Arturo, después de un año de relaciones y nueve meses de embarazo, que yo dejé
de trabajar, pero hasta ese momento, no niego que él me diera algún dinero,
pero yo trabajaba y no era poco lo que ganaba, eso lo puede averiguar si lo
desea, le puedo dar el nombre de mi jefe, fui auxiliar de dentista por más de
diez años.
-
No se preocupe señora, era un comentario, en realidad eso
no tiene la menor envergadura.
-
Ya lo tenemos de vuelta-dijo Lasi burlona al entrar-
Vamos mamá.
-
Hunter-dijo Vila-Quiero hablar con Billy, ¿Dónde esta?
-
Esperando por usted- respondió el muchacho que estaba
sentado en la escalera.
-
¿Sabe usted algo de Zapi? - preguntó ahora Arturo.
-
Si, quedó en venir a las cuatro de la tarde, a propósito,
los quiero a todos a esa hora.
-
Fíjate Billy-dijo el policía mientras caminaban -vamos a
hablar, para entre tú y yo encontrar, no al asesino de tu padre, sino el error
que cometió tu padre que hizo que le mataran.
-
Sabe Vila, me pasé toda la noche pensando y todos tienen
motivos, porque todos le odiaban y más aun tendrían ganas de perjudicarme a mi,
pero-el chico titubeo.
-
Sigue, no vaciles-invitó Vila.
-
Papá decía que la fuerza más grande para los mediocres era
el amor- declaró Billy.
-
¿Y tú qué crees?
-
Teniente, nadie lo amaba y todos son unos mediocres, por
lo tanto, no lo hicieron.
-
¿Qué me dices de Arturo? -preguntó Vila.
-
No, él nunca le guardó rencor a papá, nos comprende a
todos, no necesita de nadie. Él tuvo calor, afecto por ser el primero, no es un
mediocre y sólo critica en mamá su exceso de amor.
-
¿Crees que tu madre quiso mucho a tu padre?, y si es así,
¿Cómo es posible que no te quiera a ti?
-
Teniente, yo soy su invalidez, soy la caridad que llevó a
mi padre a casarse con ella, todos saben que todo lo que el hizo fue por mi,
quizás en un principio por lástima, pero después fue cariño, yo era el único
que él sentía suyo.
-
Billy, ¿quieres almorzar tranquilo?
-
No le entiendo.
-
Tú no eres un asesino, lo sabemos, ¿quieres hacerme un
favor?
-
Si, lo que usted diga.
*
-
Hoy en la tarde- anunciaba Vila- vamos a hacer un nuevo
registro, ya no para encontrar la jeringuilla, sino una foto que debía estar en
el álbum y no aparece; esa foto demuestra algo importante, tal vez no está
escondida, sino extraviada, por si alguno la ha visto, fue tomada por Mirla y
en ella aparecen todos ustedes en la biblioteca.
*
Como hijo y hermano
Arturo sentía un terrible miedo, como persona sentía desasosiego y como abogado
estaba defraudado; no entendía o mejor, cada día entendía menos.
-
Vila, tengo que decir esto a alguien, realmente no pensé
nunca ser tan malo en mi profesión- confesó resignado.
-
No Arturo, aquí hay muchos sentimientos en juego, usted
no es un mal abogado, no se preocupe- le consoló el policía.
-
Vila, llegó Zapi- anunció Billy.
-
Bueno, entonces llegó la hora, llama a tus hermanos y
manda a buscar a tu mamá. -se viró hacia el abogado-Zapi, hoy terminamos, no
quiero asustarlo, pero creo que este caso lo perderá, si es que continúa a
cargo de él.
-
Hasta yo lo creo así. Mire Teniente, llevaré el caso por
un compromiso familiar, nunca he ido tan a sabiendas de defender algo que no
tiene defensa- respondió Zapi.
Al encontrarse
todos reunidos, Vila pidió permiso para salir, tardó unos veinte minutos, todos
respiraban ansiedad. Hoy Lisa no se limaba las uñas, ni las deudas preocupaban
a Héctor, ni los observaba escrutadora la mirada de Billy, porque todos
esperaban aquel final y sólo uno estaba convencido de cual seria.
Conectaron un
proyector y Vila tomó asiento frente a todos.
-
Como en todos y cada uno de los casos, este es el peor
momento, trataré de ser explícito y directo-dijo Vila-Lasi, ¿crees que serias
capaz de vivir en un barrio pobre con Roberto?
-
Mire Vila, ya le dije que a él no lo mezcle en esto, pero
si le tranquiliza, si, por el sería capaz de cualquier cosa.
-
Bien, eso es amor-dijo el policía- Y tu Tom ¿cómo fue
aquella frase que me dijiste?
-
Alguien que una vez intentó matarse dijo:” El amor como
fuerza superior arrastra en su pasión egoísmo, odio y todas las vilezas”-
respondió el amigo de Billy.
La pantalla en
proyección mostraba en aquel momento el cuarto de Loisa, ella estaba de pie
junto al armario, revisando unas fotos.
-
No puede ser- exclamó Lasi.
El murmullo se
generalizó, encendieron las luces. Loisa estaba totalmente desplomada, corrieron
a su auxilio, pero todo fue inútil. Loisa se había inyectado aire en las venas.
-
Es lamentable, pero lo explicaré todo- dijo Vila- Esta
foto muestra los pies de la señora sucios como alguien que caminó descalzo, esa
fue la primera y única sospecha, después todos ustedes me dieron el motivo.
-
Todo es tan incomprensible- exclamaban.
-
Por favor, cálmense, yo les explicaré- pidió Vila- en
realidad no hubo nada que lo indicara, mas bien un numero de eslabones que
fuimos uniendo nos dio la respuesta. Tom tenía la opinión que ustedes
escucharon; Billy manifestó que, no obstante a sus pésimas relaciones con la
señora desde una semana antes del asesinato ya no le peleaba y le dejaba
disecar; hasta se interesó por lo que él hacia. La foto, que no estaba extraviada,
fue encontrada por casualidad por el abogado Zapi, algo muy extraño había en
todo esto. Entonces indagué con Mirla en que posición quedaba la señora a la
muerte de Ranulfo, era también extraño ese cambio de ella que, se sabía llevaba
unas relaciones de pantalla con el difunto y de momento su amor fue inmenso.
Coloqué una cámara y tomé el video que ustedes vieron; no estaba inválida, sólo
fingía para vengarse.
-
Entonces el motivo fue el amor Vila, papá tenía razón, es
la fuerza de los mediocres- razonó Billy. © T. N