jueves, 30 de agosto de 2018

RANULFO VIVE (PARTE 3)


     
De veras no encuentro solución aquí-pensaba Arturo- en la sala puedo observar a mis hermanos; Lasi lima sus uñas sentada en un butacón con total despreocupación, si pudiera ver su cerebro estoy seguro de que nada más guarda cursilería; Héctor camina de ventana a ventana, parece seriamente preocupado, pero no es por papá y mucho menos por Billy, son sus deudas su única preocupación y por último este chico que inmutable mira a todos. ¡Que carácter! Mamá, en su habitación, mirando todos los recuerdos que guarda de papá en aquel álbum de fotos. Cuán grande es la fuerza del amor.
-        Hunter, Hunter-llamó el teniente.
-        Si, disculpe teniente-dijo saliendo de su letargo.
-        Me marcho- anunció.
-        ¿Ya vio a Tom? - preguntó Arturo.
-        Si, voy para la oficina, si sucede algo me localiza.
-        Bien, hasta mañana.

Hunter fue para la biblioteca y marcó un número de teléfono.
-        Rasi, mira cielo no puedo ir a casa, te llamaré mañana. -colgó el auricular-Billy.
-        Si Ati- dijo el niño entrando.
-        ¿Quién esta con mamá?
-        Nadie, no ha querido comer, quiere estar sola.
-        Siéntate mi ardillita-le dijo Arturo cariñosamente.
-        ¿Te acuerdas? -preguntó el chico- así me llamabas.
-        Si, y tú te molestabas, ¿sabes por qué te puse ese apodo?
-        No.
-        Las ardillas tienen varias características; son escurridizas, inteligentes y discretas: así eres tú.
-        Ati, vamos a hablar en serio, yo veo que esto es un problema mío, no entiendo- ya salían sus doce años, su tristeza y su temor.
-        Vamos ardilla, todo saldrá bien- trató Arturo de tranquilizarle- no debes preocuparte, yo estoy contigo.
-        Si, bien sabes que eres lo único que tengo, mamá no me soporta, es... en fin me duele la cabeza, me voy a dormir.

De nuevo en la soledad de aquella casona; Lasi, Héctor, Loisa, Billy, todos dormían y Arturo, cuya cabeza pesaba cerca de una tonelada, continuaba analizando uno a uno a sus hermanos.
“Es imposible que mi ardilla y Lasi es una atolondrada, no piensa más que en ella, no puede sentirse orgullosa de su padre, ni siquiera lo debe haber querido como tal, pero es tan libre; además a la muerte de papá, mamá se pondrá con ella imposible, no ganaría nada; papa pese a no quererla, desde pequeña o al menos desde que vinieron a vivir con él le permitía cuanto ella quería. Héctor no tiene mucho que reprocharle, es su retrato y no obtendría ningún beneficio con su muerte, tengo entendido que seguirá con sus asignaciones como hasta ahora. Y mamá fue capaz de perdonarlo todo, hasta la humillación de tantos años siendo la amante sin apellido y sin reconocimiento. No entiendo y sin embargo alguien tiene que ser. Esa jeringuilla.”                                              

                                                             * 
-        Buenos días-saludó el teniente.
-        Buenas, ¿hay algo nuevo? -contestó Arturo.
-        No mucho, ¿puedo ver a su mamá?
-        Si, adelante.

Subieron al cuarto, la expresión de Vila era distinta, algo tramaba, al menos eso pensó Arturo.
        -   Mamá ¿estas todavía acostada? -dijo Arturo tocando la puerta- ¿te sientes mal?, el teniente quiere verte.
       -    No hijo, pero ¿para que levantarme? -contestó la señora- Pero puedes entrar y también el teniente.
       -    Le ayudaré a pasarse a su sillón señora-dijo Vila.
El oficial la cargó y después de acomodada en el sillón de ruedas, él mismo le puso las zapatillas.
-        Arturo hijo prepárame el baño y llama a Lasi, con todo esto no he tenido ánimos para nada. Usted-dijo dirigiéndose al teniente- ¿quiere hablarme?
-        Si, sólo dos palabras, pero si prefiere puedo esperar.
-        No, diga usted.
-        Estuve hablando con el abogado de su esposo, el señor Mirla, por el sé que, desde el inicio de sus relaciones amorosas con el difunto, todos los gastos corrieron por él o lo que es lo mismo que todo el dinero que percibía usted provenía del señor Ranulfo.
-        Nada de eso, ese Mirla es un fanfarrón, fue cuando tuve a Arturo, después de un año de relaciones y nueve meses de embarazo, que yo dejé de trabajar, pero hasta ese momento, no niego que él me diera algún dinero, pero yo trabajaba y no era poco lo que ganaba, eso lo puede averiguar si lo desea, le puedo dar el nombre de mi jefe, fui auxiliar de dentista por más de diez años.
-        No se preocupe señora, era un comentario, en realidad eso no tiene la menor envergadura.
-        Ya lo tenemos de vuelta-dijo Lasi burlona al entrar- Vamos mamá.
-        Hunter-dijo Vila-Quiero hablar con Billy, ¿Dónde esta?
-        Esperando por usted- respondió el muchacho que estaba sentado en la escalera.
-        ¿Sabe usted algo de Zapi? - preguntó ahora Arturo.
-        Si, quedó en venir a las cuatro de la tarde, a propósito, los quiero a todos a esa hora.
-        Fíjate Billy-dijo el policía mientras caminaban -vamos a hablar, para entre tú y yo encontrar, no al asesino de tu padre, sino el error que cometió tu padre que hizo que le mataran.
-        Sabe Vila, me pasé toda la noche pensando y todos tienen motivos, porque todos le odiaban y más aun tendrían ganas de perjudicarme a mi, pero-el chico titubeo.
-        Sigue, no vaciles-invitó Vila.
-        Papá decía que la fuerza más grande para los mediocres era el amor- declaró Billy.
-        ¿Y tú qué crees?
-        Teniente, nadie lo amaba y todos son unos mediocres, por lo tanto, no lo hicieron.
-        ¿Qué me dices de Arturo? -preguntó Vila.
-        No, él nunca le guardó rencor a papá, nos comprende a todos, no necesita de nadie. Él tuvo calor, afecto por ser el primero, no es un mediocre y sólo critica en mamá su exceso de amor.
-        ¿Crees que tu madre quiso mucho a tu padre?, y si es así, ¿Cómo es posible que no te quiera a ti?
-        Teniente, yo soy su invalidez, soy la caridad que llevó a mi padre a casarse con ella, todos saben que todo lo que el hizo fue por mi, quizás en un principio por lástima, pero después fue cariño, yo era el único que él sentía suyo.
-        Billy, ¿quieres almorzar tranquilo?
-        No le entiendo.
-        Tú no eres un asesino, lo sabemos, ¿quieres hacerme un favor?
-        Si, lo que usted diga.


                                                      *      
                                                                 
-        Hoy en la tarde- anunciaba Vila- vamos a hacer un nuevo registro, ya no para encontrar la jeringuilla, sino una foto que debía estar en el álbum y no aparece; esa foto demuestra algo importante, tal vez no está escondida, sino extraviada, por si alguno la ha visto, fue tomada por Mirla y en ella aparecen todos ustedes en la biblioteca.
                                                  *

Como hijo y hermano Arturo sentía un terrible miedo, como persona sentía desasosiego y como abogado estaba defraudado; no entendía o mejor, cada día entendía menos.
-        Vila, tengo que decir esto a alguien, realmente no pensé nunca ser tan malo en mi profesión- confesó resignado.
-        No Arturo, aquí hay muchos sentimientos en juego, usted no es un mal abogado, no se preocupe- le consoló el policía.
-        Vila, llegó Zapi- anunció Billy.
-        Bueno, entonces llegó la hora, llama a tus hermanos y manda a buscar a tu mamá. -se viró hacia el abogado-Zapi, hoy terminamos, no quiero asustarlo, pero creo que este caso lo perderá, si es que continúa a cargo de él.
-        Hasta yo lo creo así. Mire Teniente, llevaré el caso por un compromiso familiar, nunca he ido tan a sabiendas de defender algo que no tiene defensa- respondió Zapi.
Al encontrarse todos reunidos, Vila pidió permiso para salir, tardó unos veinte minutos, todos respiraban ansiedad. Hoy Lisa no se limaba las uñas, ni las deudas preocupaban a Héctor, ni los observaba escrutadora la mirada de Billy, porque todos esperaban aquel final y sólo uno estaba convencido de cual seria.
Conectaron un proyector y Vila tomó asiento frente a todos.
-        Como en todos y cada uno de los casos, este es el peor momento, trataré de ser explícito y directo-dijo Vila-Lasi, ¿crees que serias capaz de vivir en un barrio pobre con Roberto?
-        Mire Vila, ya le dije que a él no lo mezcle en esto, pero si le tranquiliza, si, por el sería capaz de cualquier cosa.
-        Bien, eso es amor-dijo el policía- Y tu Tom ¿cómo fue aquella frase que me dijiste?
-        Alguien que una vez intentó matarse dijo:” El amor como fuerza superior arrastra en su pasión egoísmo, odio y todas las vilezas”- respondió el amigo de Billy.

La pantalla en proyección mostraba en aquel momento el cuarto de Loisa, ella estaba de pie junto al armario, revisando unas fotos.
-        No puede ser- exclamó Lasi.

El murmullo se generalizó, encendieron las luces. Loisa estaba totalmente desplomada, corrieron a su auxilio, pero todo fue inútil. Loisa se había inyectado aire en las venas.
-        Es lamentable, pero lo explicaré todo- dijo Vila- Esta foto muestra los pies de la señora sucios como alguien que caminó descalzo, esa fue la primera y única sospecha, después todos ustedes me dieron el motivo.
-        Todo es tan incomprensible- exclamaban.
-        Por favor, cálmense, yo les explicaré- pidió Vila- en realidad no hubo nada que lo indicara, mas bien un numero de eslabones que fuimos uniendo nos dio la respuesta. Tom tenía la opinión que ustedes escucharon; Billy manifestó que, no obstante a sus pésimas relaciones con la señora desde una semana antes del asesinato ya no le peleaba y le dejaba disecar; hasta se interesó por lo que él hacia. La foto, que no estaba extraviada, fue encontrada por casualidad por el abogado Zapi, algo muy extraño había en todo esto. Entonces indagué con Mirla en que posición quedaba la señora a la muerte de Ranulfo, era también extraño ese cambio de ella que, se sabía llevaba unas relaciones de pantalla con el difunto y de momento su amor fue inmenso. Coloqué una cámara y tomé el video que ustedes vieron; no estaba inválida, sólo fingía para vengarse.
-        Entonces el motivo fue el amor Vila, papá tenía razón, es la fuerza de los mediocres- razonó Billy. © T. N






domingo, 26 de agosto de 2018

RANULFO VIVE ( PARTE 2)




La casa de los Hunter se hallaba nuevamente ocupada por el inspector Vila. En esta ocasión todos los integrantes de la familia estaban reunidos en la sala.
-        Bueno, lo mejor es ir hablando con todos, uno por uno y empezaré para ser menos molesto, con la señora.
-        Yo los acompañaré- dijo Arturo- como abogado.
-        Hunter, como abogado estará presente cuando su cliente, en este caso Billy, sea llamado- repuso Vila.
-        Yo mismo guiare su sillón-dijo dirigiéndose a Loisa, el teniente la acomodó frente al escritorio de la biblioteca- Señora, el caso para mi es triste y delicado, comprendo su doble posición de viuda y madre de..., bueno, sólo pretendo que usted me dé detalles de su hijo Billy, de sus relaciones con el padre, cuénteme, por favor todo lo que me pueda decir de él será importante.
-        Agente-comenzó a hablar Loisa con voz tenue pero firme-Billy, como el más pequeño de todos, en una familia que tiene cierta posición, esta malcriado, principalmente Ranulfo se excedía con él. Cuando nació yo quedé inválida, pues el parto se produjo después de un accidente que yo sufrí cuando tenía 8 meses de embarazo; como nunca le serví de madre, fue protegido por todos. Siempre fue un niño extravagante, sus diversiones son poco común en niños de su edad, pero no por ello se pude pensar que halla matado a su padre, él le adoraba. Créame.
-        Le creo señora, siga contándome.
-        No tiene muchos amigos, más bien tiene uno solo, un chico que es un perdido.
-        ¿Dónde vive ese muchacho?
-        En la esquina, es un chico de la calle, con él se va durante días y a su regreso llega cargado de patos, jutías, de animales que cazan; se encierra en su cuarto y allí permanece durante días en los que sólo sale a comer, se la pasa disecando que, es en realidad su único entretenimiento.
-        ¿No va a la escuela?
-        Si, es la única cosa razonable que hace, y siempre tuve el temor de que no fuera normal, pero Ranulfo nunca me permitió que lo viera un médico, siempre decía que de todos sus hijos Billy era el más cuerdo.
-        Bien, es suficiente, por el momento. Tenga la tranquilidad de que lo verá un médico especializado-dijo Vila tratando de tranquilizarla.
-        Créame teniente, no es malo.
-        La llevaré a su cuarto- dijo él mientras la conducía por el pasillo hasta su habitación, en donde la dejo.
-        Señorita Lisa, por favor-dijo Vila llamando, el teniente cerró la puerta después de que la joven entró, sentándose en el sofá-Usted como mujer, porque todas son muy observadoras, estoy seguro de que, aportará con su declaración acerca del cuadro familiar, sobre todo de las relaciones entre su padre y Billy.
-        Se equivoca usted, yo ni soy observadora, ni me la paso mirando lo que hace mi familia.
-        Ah, no, ¿en qué se ocupa?
-        Estudio medicina
-        ¿Y qué más hace?
-        ¿Le parece poco una carrera?
-        No joven, no me refiero a eso, sino en sus ratos de ocio.
-        Pues bailo, voy a fiestas, a la playa, lo que cualquier joven hace.
-        ¿Tiene novio?
-        Claro, pero no creo que eso a usted le importe.
-        Si, me tiene que importar pues tengo que conocer a todas las personas que visitan con frecuencia la casa.
-        No me va a decir que Roberto va a resultar el asesino- dijo ella riendo.
-        No, desde luego que no se lo voy a decir, eso es asunto mío. Puede marcharse y dígale a su hermano Héctor que venga- dijo el agente abriéndole la puerta.
-        Héctor te llama mister Holmes-gritó ella al salir.
Héctor abrió la puerta de la biblioteca y a Vila le pareció ver miedo en el semblante del joven.
-        Siéntese Héctor, usted es prácticamente el cabeza de familia, ya que su hermano mayor no vive aquí, por eso quiero primero que me dé detalles de su vida con edad, profesión, etc.

El muchacho como había pensado Vila estaba notablemente temeroso, hasta el punto de un perceptible temblor en la voz.
-        Tengo veinte años y estudio Ingeniería, no trabajo pues la renta de papá es suficiente para vivir, y mis diversiones son como las de cualquiera.
-        En mi papel de investigador, soy altamente pedante, lo reconozco; no obstante, ¿Cómo me puede explicar la razón de que tenga usted un no pequeño numero de deudas?
-        ¿Acaso el dinero mató a mi padre? - contestó el joven alterado.
-        No, pero si tal vez por dinero murió su padre.
-        Usted se atreve, no sea estúpido, usted mismo dijo ayer que no faltaba nada en la casa- exclamó irritado.
-        Así es, pero ¿Qué opina de Billy?
-        El niño no es más que un consentido que siempre lo arruina todo, si no fuera por lo absurdo que resulta que él lo hubiera matado, a nadie le importaría que fuese a la silla eléctrica.
-        Resulta muy afectuosa su declaración- repuso Vila indicándole con un gesto que se marchara.
Transcurrieron unos minutos de cavilación antes de que Vila llamara a Billy, indudablemente ninguno creía al chico capaz de asesinar a su padre y él estaba seguro de que no lo había hecho; no obstante.
-        Billy, no quiero que veas en mí a un ogro- dijo Vila al tener al chico enfrente- y te voy a hablar como a un hombre. Existen varios detalles que te inculpan, necesitamos desvirtuarlos, pero sólo tú puedes hacerlo. Quisiera que me hablaras sin temor, con claridad; es la única forma de probar tu inocencia.
-        Mire agente- dijo el chico mirando de frente a los ojos del inspector-yo no estoy nervioso porque él mismo, papá, me enseñó que los hombres sólo sienten miedo cuando son culpables, por lo demás, confió en que Ati aclarará todo lo que pueda estar confuso.

Indudablemente su comportamiento era más sereno que el del resto de la familia; su decisión y su temple, eran un arma de doble filo.
-        Bien, entonces tómate el tiempo necesario, yo te voy a explicar para que no te aturdan las preguntas, qué quiero que me digas y después tú vas hablando como el que cuenta un cuento, ¿de acuerdo?
-        Como usted diga-contestó el muchacho seguro de su papel.
-        Hunter, siéntese-dijo Vila dirigiéndose a Arturo- y por favor, de no existir una causa muy poderosa, deje correr el ritmo de desarrollo de nuestra conversación- entonces volviéndose al chico-Es conveniente que me hables de ti, de tus gustos, tus amigos, tus relaciones familiares y me cuentes dónde estabas desde anteayer, ya que cuando encontraron el cadáver de tu padre, tu familia notó tu ausencia.
-        ¿Me permite pasearme?, así me sentiré más cómodo. -Vila asintió con un movimiento de cabeza.
-        Para todo el mundo-comenzó diciendo al tiempo que caminaba-soy un chico raro, tengo manías y toda una sarta de sandeces que dicen de mi, también opinan que soy malcriado, que lo hecho todo a perder o que odio a mis hermanos. Ati- dijo mirando a este- sabe muy bien que no soy capaz de odiarlos, ya que sólo me inspiran lástima. Yo no me llamo raro sino independiente, eso de que parezco loco por disecar, es posible, yo digo que me gusta; que mi único amigo es un malvado, no es cierto, Tom no tiene madre, su padre es un alcohólico, y él vive como puede; pero es un muchacho con buenos sentimientos- se paró en la ventana, miro hacia el jardín- es cierto que papá me malcriaba, cosa que no hizo según he oído, con los demás, pero primeramente, yo no tengo la culpa y además él tenia sus razones para eso,¿sabia usted- dijo mirando a Vila-que mi madre y mi padre eran amantes hasta mi nacimiento?,¿Qué al único que en realidad mi padre crió fue a mi?.
-        Si Billy, lo sabia, pero ¿Por qué crees tú que no quería a los demás?
-        Porque los viejos son así, a esa edad es cuando se arrepienten de todo lo que de jóvenes no les importaba, y mis hermanos eran cada uno un recuerdo o una pesadilla.
-        Billy, ¿Dónde estabas?, aun no lo has dicho.
-        Es verdad, la tarde del jueves cuando regresé de la escuela me fui al reparto Fonte, a cazar jutias; cuando volví todos dormían. El viernes en la madrugada en vez de acostarme me fui al laboratorio de la esquina a buscar ácido para disecar, después oí decir que Ranulfo estaba muerto y regresé.
-        ¿Cómo consigues el ácido?
-        Tom sabe como entrar y lo robamos.
-        Malo, malo-dijo Vila moviendo la cabeza.
-        Pero, por favor no lo mezcle a él con esto- pidió el muchacho.
-        ¿Dónde esta la jeringuilla?
-        En su sitio, ¿usted no la vio?
-        Si, mira Billy, yo no le voy a hacer nada a Tom, pero necesito hablar con él, recuerda que él es la única persona que sabe y que puede atestiguar dónde estabas tú.
-        Si agente, se lo traeré.
-        No, mandaremos a buscarlo, tú no debes salir de la casa.
-        ¿Estoy preso? -preguntó asustado.
-        No, pero es mejor así.                                           
-        Arturo, te buscan-anuncio Héctor en la puerta de la biblioteca.
-        ¿Quién es?
-        Soy yo-contestó un sujeto alto y desgarbado que se asomó a la puerta.
-        Zapi, entra, ¿Cómo estas aquí? -saludó Arturo con alegría.
-        Buenos días- dijo mirando el reloj- bueno, buenas tardes. Pues nada, me enteré de lo ocurrido y me dije, de seguro necesitaran mi ayuda.
-        Si, por supuesto-contestó Arturo y volviéndose al teniente-Disculpe Vila, déjeme presentarlos; Mauri Zapi, abogado criminalista, el teniente Vila, encargado del caso.
-        Es un gusto para mí conocerle Teniente.
-        Es un placer abogado, pero igual no creo que su presencia la pueda permitir.
-        Pero soy criminalista.
-        Pero a mi nadie me informó que serian dos los abogados.
-        Bien, no se preocupe teniente, en lo adelante sólo el abogado Zapi atenderá el caso, yo seré su asistente-dijo Arturo.
-        Perfectamente, por el momento abogado espere afuera, voy a interrogar a Hunter.
-        Y bien Vila, ¿Qué opinión tiene de todo esto? - preguntó Arturo.
-        Indudablemente esta bastante complicado, pero supongo que usted me pregunta como miembro de la familia, ¿no es así?
-        Claro, yo la verdad es que me devano los sesos y nada; sabemos que el viejo en su juventud llevó una vida agitada, pero no aparecen deudas, ni de tipo monetario, ni moral con ninguno de sus socios, ni amigos. Siempre fue muy respetuoso en asuntos de negocios, era muy ético.
-        Para nosotros todos son sospechosos, en realidad no creo que halla sido un extraño el asesino.
-        ¿Por lo que usted mantiene que el asesino esta en casa? -Arturo hacía la pregunta tan convencido de la respuesta como así él mismo lo entendía.
-        Me inclino en esa dirección-fue la evasiva respuesta de Vila-Bueno Hunter- prosiguió- el interrogatorio suyo espero que sea más fácil, tenga la bondad de explicarme la vida familiar, las compañía de su padre, usted sabe.
-        Para mi, aunque parezca extraño, no es muy fácil; fui el primer error, por así llamarlo, tuve la sobre protección de mamá hasta que, yo mismo cansado de aquella vida oculta, me fui de la casa; trabajé, me casé y desde entonces he tratado de seguir lo más al margen posible el curso de mi familia, aunque los he ayudado siempre que me han necesitado. Mi padre era un consumado hombre de negocios, un egoísta. Cuando Billy nació ya él no estaba en plena juventud y decretó unir a la familia para consolar su vejez, compró esta casa y se casó con mamá. Ya para ese entonces todos los hijos le veían como el hombre no como el padre. No quiso nunca que me encargara de sus negocios, su abogado es el señor Mirla-hizo una pausa esperando a que Vila hiciera alguna observación y como el teniente no dijo nada él siguió su relato-Las relaciones entre mamá y papá eran la fachada de un matrimonio conservador; el viejo creía haber hecho algo muy grande al ofrecerle matrimonio y ella lo acepto sólo por hacer más llevadera y segura su vejez y la vida de mis hermanos. Mis hermanos, como ha podido observar son un compendio de egoísmo y vicios; Lisa es una simple, Héctor un agobiado y Billy un autosuficiente.
-        Hunter, creo conveniente hablar con Mirla, ¡Ah! Y le ruego que recuerde que usted es sólo un asistente en el caso- puntualizó.
-        Délo por descontado-respondió Arturo-quizás yo parezca impertinente, pero es producto de la preocupación. Se perfectamente que no hay pistas y que esa maldita jeringuilla...-dijo quedándose pensativo.
-        Dígale a Zapi que entre, le haré un recuento del caso.
         
                                                                                                            

70 Años

  Arribo a la década siete siete escalones del aprendizaje siete mares recorridos siete.   Y setenta son muchos, o quizás son tan pocos porq...