jueves, 2 de agosto de 2018

Cámara Curiosa ( parte 1)

Sídney, ciudad australiana, situada en la costa este frente al océano Pacífico.
     -Sección de homicidios- contestó una voz al teléfono.
     -Quiero informar de un asesinato- declararon del otro lado del hilo.
     - ¿Dónde?
     -Broaky 29 sur, numero 301.
     - Bien, iremos de inmediato- dijo el oficial mientras su interlocutor colgaba el auricular.
                                                            
                                                              *

El inspector Tower detuvo su auto en la puerta de un edificio de construcción moderna, pero no lujosa, tomó el ascensor hasta el tercer piso, entrando en el apartamento 301, la puerta estaba abierta.
     -Inspector este es el hermano de la víctima- le dijo un oficial al verlo.
     -Bien, que se siente y se relaje, quiero ver el cadáver, saque a todos los curiosos de aquí- contestó el inspector.
El oficial que había llegado antes pues rondaba la zona y al llamado de la central era el que más cerca estaba, guio al inspector hasta la habitación en donde yacía en el suelo el cadáver de una joven de rostro muy infantil, a pesar del color cetrino que lucía su piel. Oficial- dijo Tower después de husmear por la habitación- en cuanto llegue el forense que me informe de la hora del fallecimiento y de todo lo que pueda averiguar, estaré en el comedor entrevistando al hermano.
El inspector se acomodó en la mesa del comedor, frente a un chico que estaba realmente asustado.
     - ¿Cómo te llamas? - preguntó.
     -Adrián señor-respondió el chico como un susurro.
     -Pues bien, Adrián, sé cómo te sientes en este momento, pero también sé que lo que más quieres que se aclare todo sobre la muerte de tu hermana, ¿no es así?
     -Si, señor.
     -Entonces, cuéntame todo lo que viste u oíste- le invitó.
El muchacho preso de la confusión y el espanto no podía pronunciar palabra.
     -Respira profundo por la nariz, cierra tus ojos, cuenta hasta diez y exhala el aire lentamente por la boca, así - decía Tower mientras el chico seguía su recomendación- ahora comienza a hablar- le sugirió.
     -Yo estaba sentado allí-dijo señalando un sofá en la sala-entonces se paró en la puerta una mujer, preguntando por mi hermana, la puerta estaba abierta, es decir sin seguro y ella la abrió.
El muchacho relató:
     - ¿Vive aquí Luisa Mend? - preguntó ella.
     -Si-contesté yo.
     - ¿Está en casa?
     -Si- volví a contestar y la mujer entró hasta el dormitorio, en donde estaba mi hermana sin darme tiempo a reaccionar.
     -Cuando esa mujer entró, ¿tú oíste la conversación? - preguntó Tower interrumpiendo el relato.
     -No, después que ella entró me vino a buscar mi amigo y yo me fui.
     - ¿Nunca habías visto tú a esa mujer?
     -No.
     - ¿Estás seguro? - insistió el inspector.
     - Si señor, estoy seguro.
     -Bien, eso es todo por ahora-dijo el inspector y dirigiéndose a Marion, su ayudante que ya había llegado-lleva al muchacho a la sala y tómale la descripción de la mujer, el nombre de su amigo y la información de adonde se fue él y a qué hora regresó- se acercó al forense-Doctor, ¿Qué me puede decir? -le preguntó.
     -Murió instantáneamente, la hora se puede fijar entre las cuatro treinta y las cuatro cuarenta, más o menos, revolver calibre 38, la bala le atravesó el ventrículo derecho.
     -Gracias Doc.- dijo Tower-Marion, llama a los padres y manda el revolver al laboratorio.
     -Inspector, se encontró esta foto- dijo mostrándola- Ah y se encontró otra bala en la pared-le comunicó Marion.
     - Manda el proyectil al laboratorio y dame la foto.
El oficial que recibiera al inspector entró al comedor acompañado de una pareja.
     -Inspector, estos son los padres- anunció.
     -Perdónenme-dijo el inspector estrechándoles las manos – lamento mucho su pérdida, pero no podemos perder tiempo, tomen asiento, por favor.
     -Como usted diga, con tal de que todo se aclare, ¿Por qué la mataron? -preguntó la madre estallando en lágrimas.
     -Teniente-llamó Tower-retire a la señora, mas tarde hablaré con ella y dele un vaso con agua-y dirigiéndose al padre-Usted señor Mend, ¿fue quien la encontró?
     -Si- respondió el aludido.
     -Cuénteme que fue lo que encontró, ¿a qué hora llegó?, en fin, dígame todo cuanto recuerde.
     -Le diré, llegué a las cinco de la tarde, a esa hora siempre llego del trabajo, la puerta de entrada estaba completamente abierta, me extrañó, pero pensé en que mi hijo la había dejado así en sus prisas, llamé saludando y preguntando quien estaba en casa, no tuve respuesta, así que entré en el cuarto de mi hija, ya que normalmente es ella la que está aquí a esa hora.  La encontré en el suelo, en medio de un charco de sangre-dijo el padre rompiendo a llorar.
     - ¿Tocó algo en la habitación? -preguntó Tower.
     -Si, corrí hacia ella, la abracé y tomé una foto que estaba a su lado.
     - ¿También tocó el revolver?
     -No, en realidad no lo vi. Salí corriendo a llamar- respondió el señor Mend
     - ¿Es esta la foto? -dijo el inspector mostrándosela.
     -Si.
     - ¿Conoce a ese hombre?
     -No, nunca lo he visto.
     -Bien, eso es todo, por favor preséntese mañana en la comisaría a primera hora y con su esposa- pidió el inspector.

                                                               *

Al día siguiente en la comisaría, el inspector Tower buscaba respuestas. Primeramente, llamó a Marion, su ayudante.
-        Dime Marion, ¿Qué hay de nuevo?
-        En la pistola se encontraron huellas que probablemente sean de mujer-explicó el hombre- las envié al laboratorio. El hombre de la foto es Donald Win, trabaja en una fábrica de acero, Step Productions.
-        ¿Es casado? - preguntó Tower.
-        Si, su esposa se llama Elizabeth, es ama de casa, tienen una niña de 18 meses, viven en Guaron 3463.
-        Bien, mande a buscarlo.
-        Ya lo hice señor, también lo está esperando el señor Mend- contestó Marion.
-        Que pase.
-        Buenas inspector- dijo el hombre entrando al despacho de Tower-este es el novio de mi hija- dijo presentándole a un fornido joven de cabellos muy cortos.
-        Mucho gusto, pasen adelante y tomen asiento- respondió el inspector-¿Cómo se encuentra la señora?- preguntó Tower dirigiéndose ahora a la señora Mend que acompañaba a los dos hombres.
-        Estoy mejor, muchas gracias.
-        Yo vengo a declarar- dijo el joven.
-        ¿Conoce a este hombre? – le preguntó el inspector mostrándole la foto.
-        No, pero esa es Luisa- dijo con una mezcla de confusión y molestia.
-        Cálmese joven y no haga falsas conjeturas- le dijo Tower- ¿conoce a alguien en el reparto Viboka?
-        No, a nadie.
-        Usted señora, ¿tampoco conoce a este hombre?
-        No
-        Bueno, pueden retirarse- dijo Tower.
-        ¿No hay nada concreto? - preguntó el señor Mend.
-        No, de todas formas, les mantendré informados.

                                                     *  

Una hora más tarde era interrogado el sujeto que aparecía en la foto. Este hombre de unos 35 años de mediana estatura, cabello oscuro y semblante molesto, llegó traído casi a la fuerza.
-        ¿Qué significa esto? - protestó.
-        Siéntese y cállese- le ordenó el inspector- aquí las preguntas las hago yo. ¿Conoce usted a esta joven? - dijo poniéndole delante de la cara la foto.
-        No, no se quien es, pero ¿con qué derecho me han traído aquí? - volvió a gritar poniéndose de pie.
-        Con el derecho que me da el estar a cargo de la investigación del asesinato de esta mujer que aparece en la foto junto a usted- dijo el inspector en tono enérgico mientras lo tomaba por los hombros obligándolo a sentarse de nuevo.
-        ¿Y yo que tengo que ver con eso? - preguntó ahora aturdido.
-        En esta foto está usted por lo tanto algo tiene que ver.
-        Yo no sé nada, no la conozco, ya le dije, es la primera vez que la veo.
-        ¿Tiene idea de cuando y donde fue tomada esta foto?
-        No.
-        Trate de recordar, pues me parece que, a falta de una muy buena explicación, tengo que pensar que me está mintiendo. No aparece uno todos los días en fotos con personas que no conoce.
-        No diga sandeces- respondió el hombre.
-        Aun suponiendo que lo fueran, esas sandeces le pueden estar implicando a usted en un homicidio- le dijo Tower tocándole con los dedos índices ambas sienes- Piénselo.
-        Está bien, yo sé que usted me puede complicar la vida, no soy estúpido, pero nada puedo decir de lo que nada sé- y reclinándose dijo- Así que, quiero un abogado y entonces estoy a su disposición.
-        Muy bien, traiga a su abogado la próxima vez que le citemos, ahora váyase, deje toda la información personal en la recepción y sobre todo, manténgase localizable.

El hombre salió y el inspector se dirigió ahora a Marion, su ayudante.
     -¿A nombre de quien está registrado el revolver?
     - Ruth esta averiguando, espera un momento, enseguida le digo.
     - Aguardo Marion, pero que sea ya- repuso el inspector mientras volteado hacia la ventana contemplaba la ciudad. (continuará)
                                      Del Libro: Hallar al Culpable @ Tere Núñez





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