miércoles, 25 de abril de 2012

TE ADORO


Te adoro.
Que fácil es decirlo
Y cuan difícil de explicar,
Que te adoro cuando
En las mañanas tu rodilla
Te entorpece
Que te adoro
Cuando te beso
Después de un día tensionado o triste
Te adoro
Cuando tus ojos
Destellan para mí
Cual ninguna estrella
Puede fulgurar
Te adoro
Através del tiempo
Te adoro
Al paso de los años
Que nos vieron crecer
En madurez y amor
Te adoro
Con cada cana que peino
Porque adoro
Cada rincón de tu piel
Que me hace vibrar
Como el primer día en el que
Pronunciaste tu nombre
Que desandas mis caminos
Como sembraste el tuyo en el mío
Que provocas mi risa y mi llanto
De pura felicidad
Te adoro
¿Tengo que decir más?

miércoles, 14 de marzo de 2012

EL MAR

Como a las viejas tristezas
te añoro.
Como al lejano amante
te extraño.
Como a un amor perdido
te sueño.

Me refugio en tu recuerdo
cuando hablo de nostalgias.
Me ilusiona tu imagen
impresa en mi memoria
y una mirada azul
evoca tu condicíon.

No se, si dejaste huellas
por la paz de tu color
o si cruelmente enfurecido
nos unía una misma sensacíon.

Tal vez fueron las olas
hijas de tu pasíon
o quizas la profundidad,
lo inmenso y desconocido
lo que atrajo mi devocíon.

Sé que estás junto al más dulce recuerdo
Y estás de mano de lo más terrible.
Pero siempre dentro de mi necesitandote
tan insustituible eres,
que aùn sabiendote de todos,
mi egoísmo te hace mío.

miércoles, 29 de febrero de 2012

BOTADO DEL CIELO A PEDRADAS



   
 Llegó a la colina y habló con el viento
¿Quiero saber sobre el perdón? ¿Cómo puedo perdonar?
El viento susurró sereno y cálido en su espalda:
“Sé que te agrada mi voz cuando apacible sopla a tu costado, cuando mi vuelo alivia tu calor. Pero sé también que me odias, que detestas mi ser, cuando enfurecido te empujo, cuando con violencia ciego tu vista con mi fuerza. ¿No es todo esto cierto?
-         Si, tienes razón, pero por favor, dime, ¿cómo puedo perdonar?, ¿Qué es realmente el perdón?
“Deja eso para después. Piensa ahora que, cuando eso sucede te alejas de mi enojado y entonces dime ¿qué haces al encontrarme de nuevo a la mañana siguiente?”
-         Te saludo.
“¿Por qué?, si estabas enfurecido conmigo, si no me querías”
-         Porque ya para ese entonces, lo olvidé.
“¿Por qué lo olvidaste?”
-         Porque te acepto tal cual eres y sé que no hay mala intención en tu furia, sólo es parte de tu naturaleza.
“Ya ves, tu mismo te has respondido como perdonar”.

El ángel caído siguió en su recorrido, buscando, siempre buscando. De forma inusitada había abierto los ojos esa mañana y se encontraba solo, no conocía el lugar, y además no recordaba quien era, ni de donde venía. Su mente sólo tenía     
 
preguntas y sentía que era urgente encontrar las respuestas, sabía que de esas respuestas dependía todo. Necesitaba respuestas o enloquecería.
Trataba de pensar y sólo podía escuchar una voz interna dentro de él que repetía las preguntas, ahora sabía que era una a la vez. La primera martillante pregunta ya había quedado resuelta. Ya sabía como perdonar, ahora tenía que llegar al mar, no sabía donde encontrarlo pero seguía caminando en su búsqueda. Cerró sus agotados ojos  y al abrirlos vio ante sí un inmenso océano que fuertemente batía  con oleaje huracanado.

-         Por favor, necesito saber el significado del ODIO- dijo él.
-         El odio eres tú- respondió el embravecido mar.
-         No estoy para bromas- aclaró él.
-         El odio eres tú- repitió el mar.
-         Sé que mi vida depende de esta respuesta, por favor, háblame- pidió él suplicante.
-         Tú eres el odio- grito el mar aun más fuerte.
-         Habla, sé que tienes la respuesta- gritó el ángel lleno de desesperación.
-         Tú la conoces mejor que yo.- dijo el mar mientras se acercaba.
-         ¿Te crees invencible? Sabes que aunque quiera borrarte no puedo, pero óyeme bien; si puedo pedir que el sol caliente tanto que te seques, puedo implorar a los dioses para que te conviertas en sal, porque al final sólo eso eres.
-         ¿Qué sientes por mí?
-         Siento unas profundas ganas de aniquilarte.
-         Ya sé-dijo el mar envolviéndole con una enorme ola, el ángel se debatía entre la vida y la muerte, agitaba sus brazos tratando de defenderse. Otra ola lo llevó a la orilla y allí quedó sin fuerzas.
-         El hombre esta a merced de la naturaleza y no puede ni con él mismo- se alejó la ola riendo.
-         Algún día te venceré- dijo el ángel alejándose de la orilla.
-         Me amenazas, me temes, quieres hacerme desaparecer, en otras palabras: Me Odias.
-         Si te odio- gritaba el ángel- Te odio maldito.
-         Me odias porque me temes, y es así con todas y cada una de las cosas que odias porque el odio no es más que Temor.

El ángel cayó en un profundo sueño, fruto de la satisfacción de haber encontrado la respuesta correcta, entonces la voz interna cesó y el ángel pudo descansar.
Se hizo de noche y la noche despertó al ángel preguntando.
-         ¿Tienes miedo?
-         Claro- dijo el ángel espantado al oír la voz que le llamaba, sentía extraños ruidos y no podía ver ni sus manos.
-         Y, ¿ya sabes qué es el temor?
-         No, pero, ¿cómo sabes tú que necesito averiguarlo?, además ¿quién eres?
-         La noche, la oscuridad.
-         Si, eso ya lo sé y me asustas.
-         Entonces sabes lo que es el temor, es eso que estas sintiendo.
-         Si, es desconfiar hasta de mi propia sombra, es no saber que camino tomar.
-         Bien, pero para eso hay una solución- dicho esto y salió el sol en el horizonte.
-         ¡Qué bien!, esta llegando el amanecer- dijo el ángel jubiloso.
-         Si, se hace la luz y se va el temor, ¿sabes por qué?
-         Porque nuestros pasos son seguros cuando hay luz.
-         Porque la luz- explicó la claridad- te deja ver la verdad y la verdad te da confianza y confianza es lo que el amor inspira.

Viento, Mar, Oscuridad y Claridad, todos a una dijeron:
“Ahora ya sabes que, el Amor produce la Fé que, es lo opuesto al Temor que, es el que produce el Odio y que el Perdón, es fruto del Amor.”

70 Años

  Arribo a la década siete siete escalones del aprendizaje siete mares recorridos siete.   Y setenta son muchos, o quizás son tan pocos porq...