jueves, 15 de marzo de 2018

POEMA A



En esas madrugadas
congestionadas de excesos
donde jugábamos al amor,
pusimos a danzar a una estrella
que bautizamos ilusión.
Y así sin mas
entretejiendo una maraña
de falsas promesas,
truncadas citas
y erróneas
por demás libaciones,
accedimos a un pecado
que consumió el deleite.
No hubo mariposa que revoloteara
en el intenso devenir de tantas ganas,
no se abrieron flores del capullo
que de lava se estremeció.
La noche se iluminó de un fuego violáceo
de pasión.
El día se abrió al enorme gemido
que dejamos por canción. © T.N

70 Años

  Arribo a la década siete siete escalones del aprendizaje siete mares recorridos siete.   Y setenta son muchos, o quizás son tan pocos porq...