Ya no tengo tiempo para
muchas cosas,
pero quizás tampoco son
de mi interés
esas cosas que nunca
hice.
Ya no tengo tiempo de
hacer mucha
de las cosas que todos
hacen,
pero tal vez nunca
pensé en hacerlas.
Ya no tengo tiempo para
subir al Everest,
pero ni a los 20 años
me imaginé
haciendo ese tipo de
cosas.
No tengo tiempo para
muchas cosas,
pero tengo mucho tiempo
para otras tantas.
Tengo tiempo para
compartir un buen vino
con verdaderos amigos.
Tengo tiempo para
disfrutar
de una puesta de Sol a
la orilla del mar;
tengo tiempo para
escuchar el susurro de las olas
mientras en medio de
una charla agradable recibo
un cálido beso
humedeciendo mi alma.
Mi tiempo se extiende
en gratitud al abrazo de un niño que me ama porque sí.
Tengo todo el tiempo
para plasmar mis sentimientos,
mis sensaciones y las
ilusiones que florecen cada mañana, en un papel que me aguarda para que yo le
de vida.
Aun tengo tiempo para
soñar y ver mis sueños hacerse realidad.
Tengo tiempo para mi y
para todo lo que amo
y este es mi tiempo. © T.N