martes, 13 de julio de 2010

ANDREA BIEN MERECE UNA MISA-III

- Como usted diga- contestó está, dejándola nuevamente en la puerta, para regresar de inmediato- Como le dije, no la atenderá. Lo siento.

Ibet caminó derrotada por el jardín en dirección a la verja de entrada.
- Señora- oyó una voz entre los árboles y se acerco para encontrarse con otra joven con uniforme de sirvienta que le dijo- La oí mencionar el nombre de la señora Lujan y quería preguntarle si usted sabe como fue que murió.
La pregunta sobresaltó a Ibet.
- No, ¿lo sabes tú?- preguntó Ibet a su vez.
- Creo saber algo-contestó bajando aún más el tono de su voz.
- ¿Podríamos hablar? – propuso Ibet.
- No aquí, mañana es mi día libre, la veré a las tres de la tarde en Café Travieso- contesto mientras desaparecía entre los árboles.
Esa noche al llegar Ibet a casa de Oscar encontró una nota en la puerta.”Espera llamada”. De manera que se fue a su casa y afortunadamente pudo dormir toda la noche sin ser importunada.
A las tres de la tarde cuando Ibet llegó a Café Travieso ya la esperaba la joven que enseguida le hizo señas desde la mesa.
- Veamos- dijo Ibet al sentarse- ante todo, ¿cuál es tu nombre?.
- Miriam señora.
- Ahora dime Miriam, ¿qué es lo que sabes y por qué me lo quieres contar?
- Mire señora, la señora Andrea siempre fue muy buena conmigo, yo trabajé para ella desde que vine de mi pueblo, pero al irse ella para Suiza, como no se llevó a ninguno de sus sirvientes, yo tuve que venir para casa de la señora Ruane, aquí también son buenísimos conmigo, pero yo quería mucho a la señora Lujan, ella le salvo la vida a mi papá una vez que el estuvo muy grave- respiró profundo, miró para todas partes como asegurándose de que nadie la oyera y entonces dijo- Yo creo que la mataron.
- ¿Qué dices niña?- esto si que Ibet no se lo esperaba.
- Sí, porque hace dos meses el señor Lujan vino a la casa y él y mi señora estuvieron discutiendo, mi señora gritaba.”Te costará caro, eso es un delito”
- Yo creo que tú ves muchas películas de suspenso- comentó Ibet.
- No señora, es cierto, ellos eran amantes y ahora él ha dejado a la señora Ruane y cuando ella le reclamó pelearon muy fuerte- explicaba Miriam, ante el asombro de Ibet.
- Bien Miriam, vamos a suponer que de que fueran amantes es un hecho, que pelearan por el rompimiento, también, pero ¿qué tiene eso que ver con un asesinato? Y además ¿por qué me lo cuentas a mí? – Ibet no entendía, o peor aún sospechaba que algo extraño tramaba esta mujercita.
- Bueno es que usted me dio confianza y creí que también estaba averiguando por lo del asesinato.
- Miriam, yo no estoy averiguando ningún asesinato, mi trabajo es buscar información acerca de Andrea Lujan por un testamento, tu mejor mantente calladita y concrétate en lo que si sabes, por ejemplo, ¿cómo sabes que la señora Lujan estaba en Suiza?
- Porque de allí me envió una postal.
- ¿Me la pudieras mostrar?
- Aquí la tiene- dijo sacándola de su bolso.
- Bien- dijo mientras miraba la postal-¿me la puedes prestar?.
- Bueno, pero dígame usted, ¿qué es eso del testamento?
- OK Miriam, creo que es justo que pidas saber un poco más, el asunto es que un familiar muy cercano de Andrea está buscando datos de ella y de su dinero, ¿satisfecha?
- No, mi señora no tenía parientes- dijo la joven muy convencida, por lo que Ibet sacó la conclusión de que esta no sabía lo del hijo.
- Que tu supieras, pero en fin- dijo mientras guardaba la postal- aquí tienes mi número de teléfono, si te enteras de algo más, por favor llámame.


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70 Años

  Arribo a la década siete siete escalones del aprendizaje siete mares recorridos siete.   Y setenta son muchos, o quizás son tan pocos porq...