sábado, 21 de marzo de 2015



JESÚS


La fuerza suprema juzga
y perdona a los pecadores.
Derrama infinita su bondad
mientras el hombre lanza
llamaradas de maldad.

La fuerza suprema
con la lluvia y el sol
nos da su bendición,
nos concede libertad
para obrar en el camino,
siembra amor
en esta árida tierra
que devuelve impiedad.

Y nosotros,
falsos justos,
olvidando su calvario,
desvestimos al ajeno,
condenamos al hermano,
humillamos al dolor.

Arrancando hojas
del árbol del rencor.
Olvidando
el dulce fruto del perdón.




        

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